25 de marzo del 2020
Mientras el mundo se debate en una cuestión de vida o muerte muchos cambian sus prioridades y la prisa mata la constancia, el deber la continuidad.
Ya nada o muy poco se comenta de Ferrer y su encierro.
No sé por qué no ha salido la sentencia, si el momento es óptimo para la condena, previamente anunciada por los medios de comunicación del gobierno, en estos momentos donde todos andan ocupados por el virus, o no es el caso de Ferrer lo que desvele mucho. Mas es un ser humano que sigue ahí, viviendo la incertidumbre que es tan dura como la injusticia y no deja de ser una tortura psicológica.
Mientras en el plano legal todos los términos son violados lo que pudiera constituir un delito de prevaricación, para los jueces, que ya debían haber notificado la sentencia, y se pierde el principio procesal de inmediatez, donde a las personas que deben sentenciar, se le ha olvidado y cada día más lo que sucedió en el juicio oral.
A no ser que la sentencia esté ya dictada y anda siendo consultada con la dirección del partido y la seguridad del Estado.
Por favor, No olviden a Ferrer, sea culpable o no, es un ser humano y merece justicia 3
Por Simón Días
