13 de julio 2020
Unos 270 profesionales de la salud ya desplazados en Venezuela son enviados a Zulia.
La Comisión para el Control y la Prevención del Covid-19 que preside el Gobierno de Nicolás Maduro ha enviado a Zulia más de 270 médicos cubanos para el pesquisaje de los pacientes con coronavirus, según autoridades.
El alcalde chavista de Maracaibo, Willy Casanova, dijo el domingo en un contacto telefónico en un programa de Venezolana de Televisión (VTV), que los especialistas integran «Brigadas de Médicos Cubanos Militares».
Dijo además que estos se suman a más de 2000 que ya se encontraban desplazados en ese estado de Venezuela.
En Maracaibo, capital de Zulia cercana a Colombia, el Mercado Municipal de Las Pulgas se mantiene cerrado desde hace dos meses debido a un brote que se ha desatado en el comercio y que permanece activo. Todo el estado se encuentra en cuarentena estricta y radical.
Según Casanova, se tienen identificados 65 sectores de la ciudad donde el virus está moviéndose con mayor fuerza, adonde han sido movilizados 37 agentes del orden para el cumplimiento de la cuarentena radicalizada.
La ciudad de Maracaibo cuenta con 16 «hoteles hospitalarios», donde según el alcalde, «se garantiza la atención médica y todas las medidas de prevención y de bioseguridad a todos los pacientes con Covid-19».
El funcionario no precisó si en estas instalaciones también trabaja personal especializado exportado por el Gobierno de La Habana.
Miembros de la brigada cubana en Venezuela han denunciado cómo sin la adecuada protección han sido obligados a realizar pesquisa. Para ese trabajo incluso han sido movilizados integrantes de la misión deportiva cubana.
Son decenas los profesionales de la Isla que se han infectado con coronavirus en Venezuela. En Maracaibo, al menos cuatro miembros de la misión médica se habían infectado en mayo.
La exportación de servicios profesionales, fundamentalmente médicos, es una de las principales fuentes de ingreso del Gobierno cubano, que se queda con al menos el 75% de lo que pagan los países de destino en concepto de salarios. En 2018 esta actividad generó ingresos de 6400 millones de dólares a La Habana, muy por encima del turismo.
Estas condiciones han sido denunciadas por organizaciones defensoras de derechos humanos y la ONU ha advertido que podrían constituir formas de «trabajo forzoso» y «esclavitud moderna».
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