7 de julio 2020
‘Un muchacho común que cumplió su sanción’, así describe su madrastra a Yamisel Díaz Hernández.
«A él le dieron un tiro y a nosotros no nos han explicado nada, la Policía no nos ha explicado el porqué. Lo mataron al momento», recordó.
«Salió anoche hasta por la televisión, pero a la familia no nos han dicho nada, aquí nadie ha llamado para nada», lamentó Tania Brito madrasta de Yamisel.
«Yamisel era un muchacho común, como otro cualquiera, criaba animales, cortaba yerbas para su comida, estuvo sancionado cinco años, pero cumplió, y no había tenido más problemas», dijo Brito.
Como explicó su padre Federico Díaz García, el joven trabajaba en una cooperativa de la localidad Ramón López Peña, en San Cristóbal, y deja tres hijas.
«Después de cumplir la sanción estuvo ingresado tres meses entre la vida y la muerte por un derrame pleural, y después de su recuperación continuó su vida normal», explicó Brito.
«Ningún policía da un tiro por el costado si tú le vas para arriba», consideró Díaz García. Apuntó que su hijo no tenía «ningún tiro en el pecho», sino «debajo de la mano, por el costado».
Ni Federico Díaz García ni Tania Brito saben quiénes eran las otras personas que andaban con Yamisel Díaz Hernández, a quienes un perfil anónimo de la Seguridad del Estado presentó como «cómplices» y «prófugos».
El Estado deja claro que tiene el monopolio de la violencia.
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